Son ya ocho meses desde las detenciones de Fermín Gómez Trejo, Abraham López Martinez y Carlos de Silva Orozco jóvenes anarquistas acusados de haber lanzado coctéles molotovs en contra de varios automóviles y una agencia de motocicletas.
Estas detenciones se dan en un contexto de persecución al movimiento anarquista por parte del Gobierno del Distrito Federal el cual se encuentra desconcertado ante las acciones directas que varios grupos han llevado acabo desde septiembre pasado. Este desconcierto llevó al GDF a detener e inculpar el 30 de septiembre a Rámses Villareal, quien saldria libre pocos después. Al no tener mas que una mala fotografía con la que intentaban inculparlo, Ramsés recibió amenazas, tanto contra él como a su familia y amigos. Amenazas que pretendian que Ramses "cooperará" dando nombres e información. Ramsés no cooperó.
En esta detención pudimos observar una estrategia por parte de la policía al soltar sólo parte de la información respecto a la "cooperación" de Rámses, estrategia que fue certeramente atajada por familiares y amigos al aclarar que esto nunca habia sucedido y en cambio se estaban recibiendo amenazas.
En los meses siguientes continuaron las acciones directas, pricipalmente en contra de bancos y negocios relacionados con la explotación animal. El 2 de Octubre fué detenido Víctor Herrera Govea y el 23 de Noviembre Emmanuel Hernández Hernández, siendo entonces la libertad de estos dos anarquistas una más de las reivindicaciones de los grupos libertarios.
El 15 de diciembre se produjo la detención de Fermín, Abraham y Carlos, siendo remitidos a la agencia 50, lugar en donde fueron separados por edades (Fermín y Abraham son menores) y fueron presionados y obligados a firmar declaraciones en las que se culpaban y una vez que los familiares de los detenidos llegaron fueron engañados para ratificar las declaraciones.
Estas declaraciones, arrancadas con torturas y amenazas, le sirvieron a la policía como punta de lanza para relanzar la estrategia que ya antes habian intentado con Ramsés, pues desde el momento que la noticia llegó a los grupos anarquistas y libertarios se rumoreaba que uno de los detenidos habia colaborado con la policia.
Este rumor empezó a tener eco hasta el grado de que Carlos, quien supuestamente habia colaborado para obtener beneficios, fue excluido por varios grupos de sus reivindicaciones. Tuvimos oportunidad de hablar con los familares de los detenidos y pudimos confirmar que nada de esto era cierto, sin embargo, la semilla estaba sembarada; imperó la desconfianza y la estrategia para dividir y aislar funcionó. Podemos afirmar que el rumor inició por parte de las autoridades, pues sabemos que empezó por que un familiar de un compañero, quien trabaja en la policía, le dijo de la supuesta delación.
Posteriormente algunos grupos empezaron a mencionar que ahora era Fermín quien habia dado información, procediendo a excluirlo. Nuevamente, nunca supimos de donde salio esta información, nunca comprobada, mientras que por otro lado nuestros esfuerzos, junto con otros colectivos y compañeros, por aclarar la situación resultaron infructuosos. Se mantuvo un intenso intercambio de correos con algunos de los grupos que excluyeron a los compañeros y viendo la imposibilidad de ponernos de acuerdo se optó por respetar las decisiones de cada grupo, aunque no estuvieramos de acuerdo.
A la luz de la distancia asumimos que tal vez no supimos o no pudimos ser mas enfáticos para hacer escuchar nuestro punto de vista, sin embargo, tambien habria que reconocer que hubo un momento en el que no se podia dialogar, pues si apoyabas a Carlos y despues a Fermín, eras considerado un traidor.
La situación actual ha venido a demostrar que las acusaciones eran falsas, pues a 8 meses de las detenciones, ninguno de los supuestos delatores han obtenido ningún beneficio y los juicios continuan igual, con las mismas acusaciones para los tres.
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