En el contexto de la convocatoria del Primer Congreso Anarquista de México se convocó a participar en la protesta de la marcha del 1 de mayo. La manifestación anarquista saldría del Monumento de la Revolución al Zócalo de la Ciudad de México, a las 10:00 hrs. Alrededor de una centena de participantes concentrados en el Monumento a la Revolución fueron encapsulados por la policía del gobierno de Marcelo Ebrard, esa derecha que se colorea de amarillo, con la probable anuencia de algunos sindicatos neocharros de la Unión Nacional de Trabajadores (UNT). Las muestras de solidaridad no se hicieron esperar y diversos contingentes de diferentes corrientes políticas, así como trabajadores de algunos sindicatos, presionaron para romper el cerco policial. Estos contingentes, a su vez, fueron reprimidos por los cuerpos policíacos. Las y los compañeros solidarios, junto a otros anarquistas que estaban fuera del cerco, cerraron Avenida Reforma para exigir el fin del encapsulamiento.
Las y los compañeros que estaban dentro del cerco policíaco resistieron con valentía, organización e imaginación. Hubo percusiones, baile, consignas como “esto es un secuestro, manos arriba”, así como la formación de una “A” humana en respuesta la formación servil del cerco de los granaderos. Ni la tristeza, ni el miedo, ni la desesperación se apoderaron de las y los compañeros encapsulados. Esto permitió resistir durante más de dos horas. La presión solidaria de compañeros que se movilizaron y la tenaz resistencia de los anarquistas encapsulados obligó al gobierno de derecha de Ebrard a abrir el cerco.
Los anarquistas emprendieron la marcha hacia el Zócalo de la Ciudad de México que a toda costa querían impedir el Estado y algunos neocharros de la UNT. La manifestación que sumó cerca de un millar de personas terminó en el corazón del país. En el mitin se denunció la explotación bárbara del pueblo trabajador, la miseria de 60 millones de mexicanos, las reformas laborales que permitirán una explotación salvaje de los asalariados y la represión a los anarquistas por el gobierno de Ebrard.
Los anarquistas no pedimos, ni pediremos permiso para ser libres y para ejercer nuestra determinación a la rebeldía social. No nos intimidan los cuerpos policíacos y nunca lograrán infundirnos el miedo que paraliza y que busca que nos quedemos en casa y no salgamos a las calles a protestar. La lucha callejera es parte de la rebeldía social y no permitiremos que la derecha en el poder impida que nuestro paso rebelde camine las calles de la ciudad. La derecha perredista busca que el miedo corroa el alma de los anarquistas y que sus molestos contingentes no irrumpan en la Ciudad de México que ellos creen reservada a la oligarquía, sus contingentes clientelares y a las buenas conciencias. Pero los anarquistas saldremos una y otra vez a la calle para ejercer nuestra libre determinación a la rebeldía social, pésele a quien le pese.
Bloque Anarquista de la FLL.
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