LA DIATRIBA Y EL MADRUGUETE. RESPUESTA DEL COLECTIVO AUTÓNOMO MAGONISTA A ALGUNOS DESENCUENTROS DEL PRIMER CONGRESO ANARQUISTA DE MÉXICO
A los anarquistas de México y el mundo:
El Primer Congreso Anarquista de México cumplió con los propósitos de su convocatoria: “crear un espacio de encuentro, de diálogo y acción con la finalidad de practicar el apoyo mutuo, conocer nuestras rebeldías, intercambiar experiencias, acordar ─entre aquellos que lo deseen─, actividades y acciones comunes contra la explotación y la dominación actuales”. Estos objetivos son los que se propuso alcanzar el congreso y que entusiastamente nutrieron con su asistencia, ponencias, propuestas, diálogos, discusiones, acuerdos, desacuerdos, tareas comunes, actividades a desarrollar, alegrías, solidaridades, deseos e imaginación lxs más de 600 participantes que llegaron de casi toda la geografía mexicana y de 10 países.
No obstante, en estos días han circulado algunos textos de “debate” y acusaciones infundadas de algunos colectivos integrantes de la Coordinadora Informal Anarquista (CIA) sobre el desarrollo y los resultados del Primer Congreso Anarquista de México. A responder a estos ataques infundados está dedicado el presente texto. El Colectivo Autónomo Magonista (CAMA) sabe respetar a quien proporciona respeto, pero no puede sino responder enérgicamente a quienes hacen de la diatriba su estilo favorito de comunicación.
Nuestro texto está compuesto de dos actos para corresponder al lenguaje telenovelero y melodramático de algunos escritos. Antes de iniciar queremos decir que la información, las personas y algunos documentos aquí referidos se han hecho públicos, incluso por los propios protagonistas, por lo que nos sentimos relevados de guardar las reservas a las que en un principio nos sentíamos obligados.
PRIMER ACTO
EL VIEJO Y EL MAR…DE MUERTOS
(Que cuenta cómo un anarquista de la tercera edad vive entre sus fantasmas del Jurasic Park)
En la reseña “Jurasic Park. El imposible revivil del especificismo. Crónicas de encuentros y desencuentros desde un (Primer) Congreso Anarquista en México”, Gustavo Rodríguez sitúa su reflexión “en el espacio insoslayable del debate”. No obstante, a pesar de que promete un debate, no encontramos en sus crónicas un examen fundado, una crítica argumentada al congreso anarquista. Veamos.
El “debate” comienza dándole la razón al “viejo Marx” respecto a su desgastada metáfora, propia de su esquemática concepción de la historia, de que cuando la historia se repite lo hace en forma de comedia. No obstante, el autor no quiere ser injusto y dice que no todos los participantes en el congreso “apostaban a la repetición” y “optaban por la comedia”. Éstos contrastaban con la “visión regresionista” y la “vocación espiritista” que “emergía del ambiente”. ¿Dónde quedó el argumento del debate? Como se ve, decir que un congreso anarquista tiene “vocación espiritista” es un “sólido” argumento que ni al médium Marx se le hubiera ocurrido.
Las relatorías del congreso ya han circulado por la red (http://congresolibertario.blogspot.com/) por lo que los mismos lectores podrán constatar si la historia se repite, si hay “sentimiento nostálgico” o “vocación espiritista”, como afirma Gustavo. Nosotros tenemos otra lectura de las relatorías del congreso: las y los participantes fueron abrumadoramente jóvenes que expresaron las distintas formas en que luchan, se rebelan, piensan, construyen y viven el anarquismo en las escuelas, la pareja, contra el patriarcado, la ecología, las radios, las ocupaciones, los centros laborales, el arte, los barrios, etcétera. Tal vez Gustavo, atrapado por los fantasmas que viven dentro de él, ya no vea lo nuevo de las diversas prácticas de lxs jóvenes anarquistas. No decimos que sean las únicas o mejores prácticas anarquistas ―y hasta donde sabemos lxs participantes tampoco lo formularon de esa forma. Decimos simplemente que las formas de luchar y vivir el anarquismo que se manifestaron en el congreso son diversas, una verdadera polifonía, que no pueden reducirse al estéril monocorde de una corriente por más iluminada que se crea.
Los cientos de participantes en el congreso acompañan las luchas contra las presas, caminan al lado de las luchas indígenas, combaten a los caciques, siguen participando en las rebeldías de los pueblos oaxaqueños, crean sus centros sociales o de información, editan libros, contribuyen a liberar presos, etcétera. Esta nueva generación anarquista no se cree la neta del anarquismo, ni idealiza a los movimientos sociales que acompaña, pero tampoco se cree vanguardia ni cree que el ser anarquista los dota de una jerarquía superior a las luchas de indígenas, campesinos o trabajadores. Se trata de una nueva generación ácrata que está contra todo poder, aunque se llame popular, que está contra toda jerarquía, aunque se denomine informal, y que se rebela contra toda dominación, aunque se reproduzca en los ámbitos anarquistas (como bien dice la mesa de anarcofeminismo).
Regresando al texto de Gustavo. Él dice que “ha llegado la hora de discutir algunas nociones clave y la de ‘anarquismo organizado’ seguramente es la principal”. Acto seguido, se lanza contra esta “moda” ya sea de “síntesis” o “especifista”. No vamos a pronunciarnos sobre lo correcto o incorrecto de sus apreciaciones de lo que él llama “anarquismo organizado”. Simplemente al revisar la dinámica del congreso y las relatorías del mismo no encontramos por ningún lado esa concepción. Gustavo no afirma, en efecto, que estén presentes en el congreso. Luego entonces, Gustavo tiene que discutir esas “nociones clave” con las organizaciones que ―dice― las sostienen, como la Federación Anarco Comunista Argentina y la OPAR (que, por cierto, hasta donde sabemos no estuvo en el congreso). Entonces, en este punto el debate no es con los participantes del congreso.
Utilizando un lenguaje mortuorio, Gustavo sostiene que se pretende echar a “andar al cadáver” y la “resurrección de la FAM (Federación Anarquista de México)”. En el congreso se propuso por diversos participantes, entre ellos la Federación Local Libertaria, la creación de una federación en todo el país que nos permita apoyarnos mutuamente y organizar autónomamente la rebeldía contra el capital y el Estado. No obstante, en el congreso hubo opiniones en contra o que no estaban convencidas de la propuesta por lo que no puede decirse que fue consenso o acuerdo general (obvio, Gustavo no afirma ésto). Al revisar las relatorías, únicamente dos mesas de 16 se pronunciaron por la creación de una federación en todo el país y en otras dos se manifestaron por construir federaciones locales. Luego entonces, del congreso no resultó la propuesta de la “resurrección de la FAM”, como sugiere Gustavo al sostener que “no es accidental” la instalación del quirófano y la espera del “rayo del renacimiento” que “eche andar el cadáver” de la FAM. Por lo que se ve, Gustavo no leyó las relatorías (que se publicaron cuatro días después de su texto), y sí se apresuró a inventar resurrecciones de cadáveres.
Para nosotros, crear una federación es un proceso complejo de construcción y que, por tanto, no surge ni por generación espontánea ni por decreto. No buscamos la “resurrección de la FAM”, cualquiera sea la concepción y el balance histórico que se tenga de ella. Nuestro camino es muy otro y no sabemos aún si lograremos construir una federación en todo el país, pero les aseguramos que lo intentaremos, y para ello no requerimos ni de la aprobación ni del visto bueno de nadie pues nosotros a nadie pedimos permiso para ser autónomos y libres en nuestros proyectos. Del congreso no salió el acuerdo general de crear una federación en todo el país. Esto no nos sorprende, pues simplemente el congreso no se convocó con ese propósito. Y la propuesta de la federación fue sólo una propuesta más discutida y aprobada en algunas mesas (según las relatorías) pero, insistimos, sin tener el carácter de un acuerdo general.
Sobre la metáfora nada original del quirófano, el rayo, el cadáver y su resurrección que utiliza Gustavo. En este país, como sabe Gustavo, no se acostumbra revivir cadáveres, en el mejor de los casos nos los comemos en calaveritas de dulce o los hacemos tzompantli, nada de revivirlos. Consecuentes con esta dulce tradición, nuestro proyecto es muy otro al de revivir el cadáver de la FAM y es casi seguro que ni calaverita le compondremos.
En el último párrafo de su texto Gustavo dice no estar decepcionado, aunque “hemos de confesar un profundo dolor. En lo más hondo”. Más adelante, afirma que cuando “detectamos que el timón estaba amarrado nos lanzamos al agua”. Y sigue: “De no ser así no quedaba más opción que recurrir de nueva cuenta a la nota discordante, al disparo ensordecedor en el concierto. Preferimos hacer mutis”. ¡Órale! Esto más que un argumento para el debate parece la sobreactuación de un guión de “taranovela” que bien podría llamarse “Los insurreccionalistas también lloran” en lo más hondo.
En este párrafo dice que le “causó un enorme pesar ver a compañer@s recurriendo a las mismas prácticas miserables que tanto han criticado en el pasado, echando mano de la tergiversación, de la inducción, del manoseo, para acomodar las relatorías y propuestas a un guión previamente elaborado”. En los dos días del congreso hubo 16 mesas y en ellas participaron más de 600 personas. La dinámica del congreso en mesas se diseñó para que las intervenciones no se centralizaran en unos cuantos, para que el uso de la palabra fuera horizontal y para que de ellas saliera lo que lxs congresistas quisieran y acordaran de acuerdo con las discusiones colectivas. En las relatorías de todas las mesas se puede observar fácilmente que la diversidad de propuestas refleja reflexiones, acuerdos y desacuerdos discutidos en colectivo. Es decir, no hay una tendencia, posición o corriente política dominante ―lo que sería un contrasentido con los objetivos para los que fue convocado el congreso―, situación materialmente imposible porque la asistencia y la dinámica del congreso rebasaron afortunadamente a todos los grupos y tendencias. Los relatores leyeron su relatoría a los integrantes de cada mesa para ratificar, rectificar, incorporar o matizar lo que los participantes propusieron. Hasta donde sabemos, esta dinámica se siguió en todas las mesas.
Lxs relatores de las mesas fueron comapañerxs nacionales e internacionales, incluso no conocíamos personalmente a la mayoría de ellos. Decir que estos compañerxs manosearon, indujeron y tergiversaron las relatorías es acusar falsamente a compas que de buena fe se incorporaron a los trabajos del congreso y, más aún, es faltarle el respeto a la inteligencia y a la autonomía individual de lxs anarquistas de cada mesa al presentarlos como niños manipulables que dejan que trabajos, discusiones y acuerdos colectivos sean inducidos, tergiversados y manoseados. Para nosotros las y los anarquistas son individuos autónomos con la capacidad crítica para opinar, criticar y acordar, y por ningún motivo pensamos que sean niños manipulables que dejan que sus opiniones se ajusten a un “guión previamente elaborado”, como dice Gustavo. En consecuencia, Gustavo miente públicamente al afirmar que se echó “mano de la tergiversación, de la inducción, del manoseo, para acomodar las relatorías y propuestas a un guión previamente elaborado”.
Ahora bien, ¿qué es lo que busca Gustavo con esta flagrante mentira? Difamar el trabajo colectivo de cientos de anarquistas, sembrar la cizaña entre los anarquistas de México y el mundo. Gustavo utiliza el viejo recurso sin ética de “calumnia que algo queda”.
Gustavo dice que prefirió “hacer mutis”. ¿Esta actitud es propia de un anarquista? Desde nuestra óptica, no. Creemos que entre compañeros debe hacerse la crítica franca, abierta, cara a cara. En la plenaria habíamos cientos de personas y estaban la mayoría de relatores, por lo que una acusación tan grave como la que hace Gustavo debió de hacerse frente a todxs para que las cosas pudieran aclararse, si era el caso. Gustavo no tuvo la entereza para hacerlo porque sabe que miente al respecto. Esto lo retrata como es…una persona sin honestidad.
Sobre la metáfora igualmente poco afortunada del timón amarrado. Gustavo no se dio cuenta de que el congreso no era un barco y que no había timón, por lo que no se puede amarrar lo que no existe. En efecto, el resultado del congreso ―como lo demuestran las relatorías― es una construcción colectiva, lo que siga después será también resultado de las voluntades colectivas de los grupos de afinidad. El congreso no fue un barco con timón, sino algo muy otro y más sencillo: una canoa colectiva, de esas que aún existen en el paisaje mesoamericano xochimilca, en la que todxs remamos y al remar construimos el camino. Los grandes barcos con timón nos marean por lo que nos guacareamos en el timón y en los timoneles, sean éstos formales o informales.
Este primer acto está por terminar. Gustavo inicia su “debate” con una idea del “viejo Marx” y lo termina con la “hora de los muertos”, en la que escucha el “eco de un bastón” y voces temblorosas. Sobre los fantasmas y los muertos que moran y dialogan con Gustavo no nos resta sino desearle la mejor de las comunicaciones con ellos en sus sesiones espiritistas. Nosotros, afortunadamente más jóvenes, no tenemos por qué cargar con la carroza de muertos de Gustavo. Que te sea leve mi buen.
El texto de Gustavo no se sitúa en el “espacio insoslayable del debate”, es más bien una diatriba que sustituye el análisis complejo por la injuria. El CAMA es partidario de la crítica y la autocrítica entre compañerxs, pero sabe que la crítica sin fundamento y sin ética sólo abriga intereses sociales de dominación.
SEGUNDO ACTO (Segundo en aparecer pero primero en suceder)
EL MADRUGUETE
(Que cuenta cómo al que madruga el oportunismo lo ayuda)
La promoción y organización del Primer Congreso Anarquista de México inició desde el 20 de noviembre de 2010, en el contexto de las jornadas “Magonismo: la revolución desconocida”. El inicial llamado a su organización, las sucesivas reuniones, así como la convocatoria del congreso fueron resultado de un trabajo común de 17 grupos y de diversos individuxs anarquistas. Estas actividades se hicieron públicas por los más diversos medios. En estas reuniones se discutieron y acordaron, entre otras cosas, los temas, las actividades, la logística y las responsabilidades. Ahora bien, las mesas temáticas no fueron propuestas exclusivamente por los organizadores. Algunas de ellas (por ejemplo, “Arte y anarquismo”, “Ocupaciones como forma de resistencia”) fueron iniciativas de compañerxs que hicieron llegar sus propuestas y que no se incorporaron a la organización o no firmaron la convocatoria del congreso. La última reunión que tuvimos los promotores y organizadores del congreso fue el sábado 23 de abril de 2011. Habían pasado cinco meses desde el inicio de los trabajos organizativos.
Por lo anterior, nos sorprendió que el 24 de abril, a unos pocos días de iniciar el congreso, un grupo integrante de la Coordinadora Informal Anarquista (CIA) solicitara abrir una nueva mesa con el tema “Anarquismo y Proyecto Insurreccional” (AAA, 24 de abril de 2011). El 28 de abril ―a un día del congreso― la CIA informaba a los organizadores del mismo que “7 colectivos” de esa coordinadora ―no toda la CIA― asistirían y reiteraban la solicitud de abrir una mesa que incluyera el tema “Anarquismo y Proyecto Insurreccional” (CIA, 28 de abril de 2011). Los promotores y organizadores del congreso ya no estuvimos en condiciones de reunirnos anticipadamente para tratar esas solicitudes, pues como dijimos nuestra última reunión fue el 23 de abril. El 29 de abril ―día del inicio del congreso―, los pocos que pudimos reunirnos decidimos responder favorablemente a la solicitud pero manifestando nuestra enérgica crítica al método de solicitar una mesa cinco meses después de iniciados los trabajos. Ese día ―a menos de una hora del comienzo del congreso― de los 7 colectivos de la CIA que dijeron que llegarían únicamente llegó el compañero Gustavo para confirmar la solicitud de apertura de la nueva mesa. Con él ―en un ambiente acelerado por las prisas del inicio del congreso― se habló, discutió y acordó la mesa. Desconocemos si el modo de actuar informal implica nombrar voceros o que alguien en lo personal pueda hablar por los demás o llegar como representante de los grupos solicitantes. Lo desconocemos, además, porque hasta ahora no sabemos en calidad de qué llegó ese compañero, pues los siete grupos no han tenido a bien aclarar esa situación. Lo cierto es que con él, al margen de los otros grupos solicitantes, se acordó la apertura de la mesa.
La crítica del Colectivo Autónomo Magonista (CAMA) a la apertura de la mesa sigue siendo, en lo fundamental, la misma: el método que siguieron los siete grupos de la CIA es cuestionable. Después de cinco meses de trabajo organizativo, envían una solicitud de apertura de una mesa con un día de anticipación (y en el caso de un grupo con escasos cuatro días de anticipo), y el día del inicio del congreso no llegan colectivamente, sino sólo una persona, a acordar la inclusión de la mesa solicitada. Para el CAMA esta forma de proceder de los siete grupos integrantes de la CIA es francamente oportunista, y el oportunismo aunque sea informal no deja de ser oportunismo. En efecto, es una maña de las más viejas de ese espectro que se llama “izquierda” llegar a montarse a un proceso organizativo para sacar agua para el molino político de una corriente. A esta práctica ―por cierto de origen priísta―, en México se le llama “madruguete”. La solicitud de los siete grupos de la CIA era un “madruguete” a los trabajos de organización del congreso.
La creación de la denominada mesa “Anarquismo y Proyecto Insurreccional” introdujo, además, una jerarquía en las temáticas de las mesas. Las 10 mesas inicialmente acordadas vinculaban al anarquismo con algunas problemáticas (pedagogía, medios libres, arte, sindicalismo, etcétera). En cambio, la mesa de “Anarquismo y Proyecto Insurreccional” daba a una tendencia del anarquismo la exclusividad de una mesa que le aseguraba una presencia en el congreso que no tenían otras corrientes anarquistas. El madruguete era claro: llegar a última hora, presionar para imponer una mesa y, desde ahí, catapultar la posición política de una corriente anarquista al conjunto congreso.
Entre los convocantes al congreso hay diferentes corrientes anarquistas, pero todos acordamos que el congreso tendría por objetivo “crear un espacio de encuentro, de diálogo y apoyo mutuo entre los anarquistas” sin homogeneizar ni hegemonizar las diversas tendencias ácratas. Coherentes con estos propósitos, algunos de los convocantes que somos partidarios de construir una federación en todo el país, a pesar de ser parte de los organizadores, no presionamos para crear una mesa sobre “Anarquismo y Proyecto Federativo”. Y no lo hicimos por una razón de método y ética anarquistas: las diversas corrientes anarquistas deberían de concurrir en condiciones de igualdad y algunos de los grupos organizadores no teníamos porque reservarnos una mesa que atendiera a nuestra propuesta de crear una federación. En todo caso, en las mesas del segundo día, en las que entre otros temas se abordaría el de la “Organización de los anarquistas en México”, se podrían plantear esas propuestas, como lo hicimos los integrantes de la Federación Local Libertaria (FLL), en condiciones de igualdad al lado de otras propuestas organizativas.
A pesar de la forma en la que se propuso y acordó la mesa, la CIA ―no los siete grupos (que no han dicho esta boca es mía)― se queja de que en la mesa de Anarquismo y proyecto insurreccional se impuso “un moderador y relator de la Federación Local Libertaria con la clara intención de acomodar a su beneficio lo que allí se produjera” (CIA, 8 de mayo de 2011). En la mesa no se impuso un moderador de la FLL, como afirma la CIA. En esa mesa un compañero del CAMA se propuso para ser moderador y los integrantes de la mesa aceptaron esa propuesta. Es muy diferente proponerse como moderador que imponerse como moderador. Además, por la premura del inicio de los trabajos del congreso y por el madruguete de la mesa, ni el conjunto de organizadores, ni la FLL, ni el CAMA pudimos previamente acordar nada sobre la dinámica de esa mesa. ¿Por qué los siete colectivos insurreccionalistas no propusieron un moderador y relator? No lo sabemos de cierto. No sabemos si ya habían llegado al congreso, si únicamente estaba el compañero que llegó inicialmente, si su condición semiclandestina les impide asumir las actividades públicas de un moderador o si, como hasta ahora, también optaron por hacer mutis y no decir esta boca es mía, prefiriendo algunos reunirse en un cubículo estudiantil como lo manifestaron.
La CIA afirma que el moderador tenía la “la clara intención de acomodar a su beneficio lo que allí se produjera”. Esta idea es similar a la que esgrimió Gustavo en su texto, por lo que retomamos los argumentos arriba anotados sin repetirlos in extenso para no cansar al lector(a). Al igual que en las otras mesas, antes de la plenaria, el relator leyó la relatoría a los más de 30 participantes de la mesa para ratificar, rectificar, incorporar o matizar lo que los participantes propusieron. Decir que el moderador acomodó a su beneficio la relatoría es, también, faltarle el respeto a la inteligencia y a la autonomía individual de las decenas de anarquistas participantes en esa mesa al presentarlos como niños manipulables que dejan que las discusiones y acuerdos colectivos sean acomodados por el relator.
El contenido de la relatoría de esa mesa refleja una diversidad de opiniones, desacuerdos y acuerdos. Según la relatoría se adoptó un método de discusión con base en dos preguntas: “¿Qué es el proyecto Insurreccionalista?; ¿Dónde tenemos pensado el lugar donde el proyecto Insurreccionalista se materialice?” Después de debatir esas preguntas:
“se encontró que la divergencia fundamental es metódico o de método, dado que unos plantean a la Insurrección como un acto que suele ser de lucha en el día a día, y que se enfoca hacia un proceso de lucha donde la difusión, la divulgación, la manifestación, mítines en las calles y con el pueblo; el trabajo en el campo con los campesinos; en las fábricas con los obreros, y se da de manera paulatina; y la otra interpretación o enfoque es la que se orienta a la destrucción total del Estado en el día al día y renunciando a la lucha tradicional. Con ello se reconoce que prevalece ésta divergencia en el método. Pero se reconoce que coincidimos en el objetivo, el comunismo libertario”.
Preguntamos: ¿El resultado de la discusión colectiva incorporado en la relatoría no cubrió las expectativas de los insurrecionalistas? Si de la relatoría no salió lo que esperaban con su madruguete los colectivos insurreccionalistas no se debe al relator, sino a que una parte de los anarquistas que participaron en esa mesa tuvieron concepciones divergentes respecto al “proyecto insurreccional” tal y como lo entienden algunos colectivos de la CIA. Ni modo, así son las discusiones abiertas, fuera del ghetto autocomplaciente, amplias y colectivas de individuos autónomos.
La diatriba de Gustavo y las falsedades de la CIA son parte de un mismo juego: el madruguete insurreccional no fraguó ni dio los resultados que esperaban, luego entonces se han dedicado a denostar, mentir y difamar el trabajo, la discusión y los acuerdos de cientos de compañerxs que participaron en el congreso anarquista. ¡Vaya ética de anarquistas!
El Colectivo Autónomo Magonista coincide con nuestras compañeras anarcofeministas cuando sostienen que hay que rebelarse contra toda dominación, incluida la que se reproduzca en los ámbitos anarquistas, por lo que el CAMA reitera su convicción de que no acepta ni aceptará jamás direcciones, vanguardias, hegemonías o jerarquías, sean éstas formales o informales.
Desde el ombligo de la luna (México), planeta Tierra, a 12 de mayo de 2011.
¡Vivir para ser libres o morir para dejar de ser esclavos!
Colectivo Autónomo Magonista
1 comentario:
Salud.
Solo lei la primera parte por que leer en la pantalla de la computadora lastima un tanto la vista u.u . .
Yo tenía muchas ganas de asistir a este congreso pero me era imposible por mi trabajo y la distancia a la que vivo (Mexicali B.C.)
Me parece de muy mal gusto que de algún modo se hechen unos a otros, aunque al fin de cuentas es algo a lo que malamente nos acostumbramos u.u . .
Espero que un día se use el sentido común (sin asustarse) para poder hacer tregua y dar un paso más en la lucha n.n . .
Les deseo lo mejor y espero proximamente desenpolvar este cuerpo medio enrutinado para seguirle con esas ganas que hace años quedarón pegadas en algún cartel en la calle.
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