jueves, 3 de febrero de 2011

En apoyo a la revuelta en Túnez

En 1999, el almirante Fulvio Martini, ex -dirigente del Servicio Secreto Militar (SISMI) declara ante la Comisión de masacres de Estado del Parlamento italiano: “En 1985-1987 organizamos una especie de golpe de estado en Túnez para poner al presidente Ben Ali como jefe de estado, sustituyendo a Bourguiba (exponente de primer plano en la lucha de independencia contra el colonialismo francés, NdR). Martini, además, en su libro “Nombre en clave: Ulises” señaló que las directivas las habían dado Craxi y Andreotti, por entonces respectivamente presidente del consejo de ministros y ministro de  relaciones exteriores.

Sucesivamente, el opositor al régimen dictatorial de Ben Ali, Taoufik Ben Brik ha denunciado que los gobernantes italianos reforzaron el régimen “llenando sus cofres y armando su brazo contra el pueblo”. No por casualidad el fugitivo Craxi, se refugia en Túnez, donde es respectado y protegido para escapar a las condenas de la ley italiana y finalmente enterrado en ese país.
 La revuelta y la lucha que se desarrolla en Túnez también nos pertenecen, las sentimos como nuestras, ya sea porque son contra un régimen dictatorial, arrogante y corrupto y porque nacidas para conquistar, no solo mejores condiciones de vida, sino también libertad de expresión y de organización. Las sostenemos en cuanto expresiones autónomas  de exigencias populares, más allá de cualquier lógica de compatibilidades geopolíticas.
Mientras a derecha e izquierda se denuncia el riesgo a la anarquía, y las clases dirigentes tunecinas, con sus protectores europeos tratan de doblegar y encerrar la protesta popular dentro de un proceso electoral, para desarmar la voluntad de lucha de la gente; mientras tanto se ha constituido un gobierno títere, de hecho controlado por los amigos y colegas de Ben Ali, para garantizar la continuidad del sistema de explotación y opresión; mientras el ministro Frattini se pronuncia por la “estabilidad” del área (donde estabilidad significa “orden y disciplina”) es importante pronunciarse y manifestarse a favor del intento di auto-emancipación popular y sostener con fuerza la protesta y la revuelta en curso, que se esta enfrentando con el ejército y las bandas armadas fieles al ex  presidente, escapado con más de una tonelada de lingotes de oro.
La lucha insurreccional tunecina esta abriendo el camino a otras luchas en Argelia, Marruecos y Egipto, provocadas por los efectos desastrosos de la crisis social. Desde acá debemos movilizarnos para que tales luchas y revueltas no sean derrotadas por nuevas dictaduras, preparadas y sostenidas por los gobiernos europeos, denunciando todas las formas de paternalismo y de racismo que pretenden separar y oponer aquellos que son los intereses comunes de todos los trabajadores y de cada ser humano: la dignidad, la libertad, la justicia social.
 Comisión de Relaciones Internacionales de la FAI

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